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Magia.
Bueno, casi. En realidad, es una tecnología inteligente y una ingeniería increíble. Existen varios tipos de tecnología de pantalla táctil en el mercado, y con la llegada de la telefonía móvil, la más común son las pantallas capacitivas. Las pantallas capacitivas nos permiten interactuar con los dispositivos sin el uso de teclados o ratones, lo que ha revolucionado las interfaces de usuario.
Las pantallas capacitivas han estado en desarrollo desde los años 60, pero se popularizaron enormemente con la introducción del iPhone de Apple. El primer iPhone lanzado en 2007 presentaba una pantalla de 3,5” medidas en diagonal y una resolución de 320x480 píxeles. Se estima que se vendieron 6,1 millones de unidades en el transcurso de 13 meses. Desde entonces, se han vendido en todo el mundo cientos de millones de dispositivos con pantallas capacitivas.
Las pantallas capacitivas funcionan generando una corriente muy pequeña a través de una rejilla colocada justo debajo de la superficie de la pantalla. Cuando la corriente es perturbada por un conductor de electricidad, el dispositivo localiza la posición utilizando hardware y software y, por lo tanto, interpreta una entrada. Los cuerpos humanos son conductores de electricidad, por lo que al tocar la pantalla capacitiva con los dedos desnudos, interrumpimos efectivamente el campo eléctrico y permitimos que el dispositivo interprete nuestro toque. No te preocupes, el flujo de corriente es tan bajo que no sentimos nada.
Las pantallas capacitivas no solo son increíblemente precisas y rápidas para comprender nuestras intenciones, sino que también permiten que las pantallas produzcan contenido de alta resolución con una gama de colores casi ilimitada y altas relaciones de contraste.
Parece que las pantallas táctiles capacitivas no tienen inconvenientes. Sin embargo, siempre que se introduce un aislante entre la pantalla y nuestra piel, el flujo de energía se interrumpe y no pasa nada. Tal es el comportamiento cuando tocamos una pantalla capacitiva con guantes. ¡No pasa nada! Afortunadamente, es posible recrear nuestra conductividad y proporcionar a la señal eléctrica del dispositivo una vía de escape y, por lo tanto, recrear el tacto. Todo lo que se necesita es un material conductor en el exterior del guante. Lea nuestra entrada sobre cómo funcionan los guantes para pantallas táctiles para obtener más información.
